Y LLEGUÉ A LOS 33

El pasado 4 de octubre cumplí treinta y tres años de vida. Puede sonar un tanto intrascendente, pero la verdad es que llegar a esta edad me hizo sentir extraño. ¿ Extraño ? ¿ cómo así ? sí extraño, ya que uno generalmente estaba habituado a sentirse joven, o a tener una edad joven, o a pensar que sólo los demás envejecen, o que sólo los demás llegan a los treinta y tres años. A algunos de mis contemporáneos les dio duro cumplir treinta, a mí particularmente no tanto... pero los treinta y tres sí me pusieron a pensar.
Dirán que soy cabalero, pero el número 33 representa una cifra como seria, ya que por ejemplo según la Biblia fue la edad en la que murió y resucitó Jesús, en la masonería escocista es el más alto grado, y otras tantas referencias a este número que suscitan una inusitada nostalgia para mí.
Yo pienso que no necesariamente la edad lo vuelve a uno joven o viejo, es la actitud, sin embargo, ver que todos mis amigos de mi misma edad se están casando, o tienen hijos, lo ponen a uno contra las cuerdas de la obligación y la responsabilidad matrimonial.
Hace como seis años tengo una relación, y el matrimonio se convierte casi que en el siguiente paso, pero no quiero que se vuelva requisito posterior, porque entonces ya no vivimos la vida propia si no la vida ajena importada.
Cuando me gradué de bachiller, en el discurso de la ceremonia el rector del colegio dijo que los seres humanos estábamos buscando constantemente dar unos pasos que la sociedad juzga como obligatorios: graduarnos de profesionales, graduarnos del post-grado, casarnos, tener hijos, pensionarnos, y ya, porque morirnos es un accidente.
Hoy quiero decir, que no me siento viejo, pero que tampoco ya no soy un chino, pero que voy a vivir la vida como yo quiera y no como los demás crean que debo vivir, porque en últimas lo que está en juego es mi propia felicidad y no el qué dirán los demás.
Me casaré cuando lo crea conveniente, o cuando lo creamos conveniente, respeto a los que se casan jóvenes pero ésa es su vida y no la mía. Por ahora mi único deber es el de ser feliz, basta ya con deberes ilusorios, irreales o inútiles.
Perdonenme por compartir con ustedes estas reflexiones, si son menores de 33 les parecerá ridículo este post, si son mayores o iguales a 33 dirán ! pobre loco !, y si ya murieron dirán ¡tiene razón!








1 comentario:

Entrevista con dijo...

Yo ya estoy con los 34 y ya casi llegando a mis 35..

Y ahora que?'?