La educación es una actividad altruista, casi que filantrópica, es la conducta dirigida a transmitir un conocimiento o un valor a quien no lo tiene. La educación es esencial en una sociedad, permite el desarrollo social, moral, espiritual y económico. Sin embargo, en un mundo capitalista, como muchas actividades, la educación también se ha convertido en un negocio.
En el modelo de desarrollo capitalista hay colegios y universidades que cobran cuantiosas sumas de dinero, llamadas matrículas, para instruir a un estudiante. Los que tenemos relación con el mundo académico tenemos un sentimiento encontrado frente a esto. Pensamos que es justo ganar dinero educando, pero también pensamos que la finalidad esencial de la educación no es el enriquecimiento financiero.
A finales de la Edad Media, cuando empezaron a constituirse las universidades, era inmoral cobrar por brindar educación, los centros académicos otorgaban becas a todos sus estudiantes, aunque sólo se las daban a los hijos de familias pudientes y adineradas. Las familias de los estudiantes terminaban, entonces, manteniendo a las universidades y a los colegios mayores.
En la Edad Moderna y Post Moderna se volvió normal que los centros educativos cobraran por educar, en el mundo capitalista nada es gratis. Sin embargo, el Estado empezó a ofrecer una opción sin ánimo de lucro, y muchos colegios y universidades pasaron a ser públicos y casi que gratuitos. En muchos países desarrollados capitalistas, la educación pública es gratuita y es de muy buena calidad.
En Colombia se está discutiendo una reforma a la Ley General de Educación, en la cual, los entes privados podrían asociarse con universidades públicas y privadas para desarrollar proyectos académicos. De igual forma, las universidades privadas podrían modificar su estructura jurídica para permitir el "ánimo de lucro", y se podrían constituir centros de educación superior, también con ánimo de lucro.
El gobierno colombiano afirma que esto permitirá capitalizar la educación, y por otro lado fortalecer sobre todo la educación pública. La reforma también contempla la implementación de ayudas para los estudiantes que piden préstamos educativos.
Abrir la posibilidad de la "inversión privada" y el "animo de lucro" en los centros de educativos universitarios podría generar una mayor oferta educativa, y tal vez una mejor calidad en la prestación del servicio. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la educación no es una actividad mercantil como tal, es una actividad moral y hasta espiritual, tiene que ver con el desarrollo del individuo en los aspectos más sensibles de su esencia como ser humano.
No se puede comparar la educación con otras actividades que per se sí son mercantiles, como la compra y venta de bienes, y los servicios financieros, por ejemplo. La educación es una actividad noble, altruista, espiritual, filosófica, y cuando se iguala con cualquier otra actividad comercial se convierte ya no en educación sino en instrucción o capacitación, que son dos cosas diferentes.
La educación moldea, forma el espíritu; la capacitación y la instrucción simplemente transmiten conocimientos. La educación es por naturaleza espiritual, es una actividad humana donde se transmiten valores y conocimientos para mejorar al individuo, para hacerlo una mejor persona. La capacitación es una simple entrega de información, allí no se busca hacer al hombre un mejor ser humano, sino un mejor operario, un mejor trabajador.
El gobierno colombiano debería definir si quiere una educación para mejorar la sociedad en lo moral y en lo espiritual, o, una simple transmisión de conocimientos para formar meros operarios con profesión.
No se pueden revolver peras con naranjas, este asunto es delicado, y simplemente abrir la compuerta del ánimo de lucro en el ámbito de la educación superior es abrir una caja de Pandora que no sabemos a qué nos lleve, es peligroso, es audaz, es una incertidumbre.
Nuestra sociedad necesita mejores seres humanos, y no mejores operarios profesionales, necesitamos más gente moral y no simples máquinas humanas, la educación forma mejores seres humanos, la capacitación forma mejores operarios; la educación es por esencia altruista, la capacitación es un negocio, es otra actividad mercantil. ¿Qué queremos entonces? ¿Qué preferimos?
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