LOS RETOS DE JUAN MANUEL SANTOS COMO PRESIDENTE DE COLOMBIA

Según una novela del escritor mexicano Carlos Fuentes, publicada hace algunos años, Juan Manuel Santos sería presidente de Colombia en un futuro. La predicción de Fuentes resultó acertada, Santos se convirtió en el presidente electo de Colombia el 20 de junio de 2.010 al alcanzar más de nueve millones de votos a su favor. 
Santos asumirá el 7 de agosto de este año como presidente de la República después de ocho años de mandato de Alvaro Uribe Vélez. Colombia, después de la era Uribe, presenta cifras de violencia mucho más bajas de las que aparecían en el año 2.002, menos secuestros, menos tomas guerrilleras, menos pescas milagrosas (secuestros masivos en carreteras), en fin, el país tal vez es más "seguro" ahora que lo que era hace ocho años.
La política de seguridad democrática del presidente Uribe ha dado frutos, y las FARC realmente han sido golpeadas con contundencia en estos dos periodos presidenciales. Los procesos de desmovilización de grupos armados, a pesar de muchas críticas, han sido una realidad.
En este aspecto las cosas han andado sobre ruedas, sin duda alguna, sin embargo, al nuevo presidente de Colombia le corresponde afrontar problemas serios como las alarmantes cifras de pobreza, que llegan a estimarse en 20 millones de pobres en el país, las cifras de indigencia que también se estiman en ocho millones de indigentes, y la cifra de desigualdad social en Colombia que supuestamente es la más alta de Latinoamérica. 
Una verdadera bomba social es lo que recibe el presidente electo Juan Manuel Santos, ya que a pesar de los esfuerzos que se han desarrollado en varios frentes sociales, las cifras de pobreza y de desigualdad social son alarmantes, eso sin tener en cuenta que Colombia tiene un problema de desplazamiento grave, producido por el conflicto armado, que lleva a aumentar los índices de pobreza en las ciudades.  
Santos afirma que va a crear 3 millones de empleos en su mandato, que sacará de la pobreza a 7 millones de personas, y que también reducirá las tasas de indigencia en una proporción importante. "Más trabajo" ha sido la consigna de Santos, sin embargo, está por verse si estas metas tan ambiciosas podrán conseguirse. 
El nuevo mandatario de la Nación ha anunciado que continuará con la política de Seguridad Democrática implementada por el presidente Uribe, las fuerza armadas colombianas seguirán siendo la fuerza militar, porcentualmente y proporcionalmente de acuerdo con la población, más fuerte de Latinoamérica. Lo cual nos lleva a pensar que los grupos armados ilegales seguirán recibiendo golpes contundentes durante los próximos años.
En el ámbito internacional Santos debe retomar las maltrechas relaciones que hay con el gobierno de Venezuela, continuar arreglando el problema con el Ecuador, y definir una agenda precisa con respecto a la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Santos tiene el desafío de presentar una imagen conciliadora en el ámbito latinoamericano, polarizado entre unos países pro-izquierda y otros pro-derecha, para que Colombia pueda nuevamente abrir mercados para sus productos dejando la política momentáneamente a un lado. 
Internamente Santos llega con un parlamento completamente y mayoritariamente a su favor, ya que salvo por unos cuantos parlamentarios del Polo Democrático y del Partido Verde, el resto del Congreso se presenta como un órgano muy a favor del nuevo presidente de la República. El reto de Santos en este ámbito será el de demostrar que puede aprovechar las mayorías para sacar proyectos de ley que posiblemente puedan generar mucha polémica, pero que son necesarios para desmantelar la crisis social. El caso de la Salud es el más alarmante, ya que el nuevo presidente debe asumir una posición seria en este ámbito para que sea viable  darle opciones a los colombianos en este aspecto. Incluso, Santos en el ámbito legislativo, debería auspiciar la creación de una oposición, o por lo menos no temerle a un grupo minoritario que pudiera criticar sus ejecutorias, ya que un Congreso de bolsillo del ejecutivo sólo dañaría aún más la poca imagen positiva que tiene el parlamento colombiano. Sin embargo, si no se presenta una oposición clara en el órgano legislativo, Santos deberá aprovechar ese caudal político para sacar adelante reformas sociales y económicas que son necesarias para desactivar la crisis social que presenta Colombia. 
Santos, tuvo el apoyo de más de nueve millones de personas en las últimas elecciones, un cheque en blanco para gobernar pensando en todos los colombianos, porque si se desaprovecha este enorme apoyo tal vez la fiesta no sea tan agradable en un futuro. Ya veremos como Santos aprovecha todo este apoyo que le han dado los colonbianos en las urnas, para convertirlo en políticas claras en favor del progreso y la inclusión.

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