La indolencia de algunos privilegiados

"Lo mío es mío, y punto" decía el gerente de una multinacional durante una conferencia a la cual asistí hace algunos años. El ejecutivo era un hombre bonachón, de acento extranjero, y muy básico en cuanto a su cultura. Siempre he pensado en esa bendita frase, que hace alusión al carácter absoluto del derecho de propiedad en el sistema capitalista. Una frase que se repite como dogma en nuestro diario vivir, que supuestamente es la base del "emprendimiento privado". "Sálvese quien pueda" podría ser otra variable de la citada proposición, o "mire a ver cómo sale adelante usted solito". La cooperación, la ayuda, la caridad, la filantropía, sólo son modas, o en el mejor de los casos, son unas prácticas que sólo llevan a cabo los tontos. Los avispados acumulan, ahorran, dominan, compiten. 

En los últimos días he sido testigo de ciertas prácticas odiosas, que podrían ser producto de la frase "lo mío es mío, y punto". Para empezar, en las noticias apareció el accidente que sufrió el rey de España durante un safari en Africa. Al monarca se le dañó la cadera. Sin embargo, los medios de comunicación entraron a criticar la actitud de don Juan Carlos, ya que si bien el rey puede hacer con su plata lo que quiera, también es cierto que España, su patria, está pasando por una situación bastante calamitosa, y entrarle a la caza de elefantes en Botswana no es muy buen ejemplo de estoicismo económico en momentos de crisis. El rey fue invitado por un millonario a realizar este rally siniestro, empero, a los españoles no les cayó en gracia este episodio que puso al jefe de Estado español a dar disculpas públicas. No soy partidario de la monarquía, mejor dicho no me gusta la figura monárquica en pleno siglo XXI, sin embargo, debe respetarse la decisión de los españoles de adoptar este sistema político para su país. El problema es que el rey se puso a viajar, y a viajar en grande, en momentos de crisis ecónomica. Los españoles tienen un desempleo que llega al 23%, y por lo tanto, no les causó gracia que su monarca matara elefantes en Botswana mientras que muchos de sus súbditos están desesperados porque no tienen ni para comer. Este es el primer caso de indolencia que quiero narrar.    

El segundo caso es el de la Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en Cartagena de Indias, aquí en Colombia. No quiero entrar a analizar si la cumbre fue buena o mala, o si dejo algo o no. Lo que sí quiero decir es que ciertos episodios de la cumbre me resultaron odiosos por aquello de la gastadera. A los presidentes de América se les debe recibir con dignidad, con decoro, pero, una cosa es ser decentes y otra cosa es ser despilfarradores. En la comida que se desarrolló en el castillo de San Felipe hubo luces, música, y se contrató a un chef que trabaja en los mejores restaurantes de Bogotá. La cosa podría ser hasta normal, ya que recibir a treinta jefes de Estado y de gobierno requiere una buena cortesía, pero ¿por qué se gastó tanto en el show de luces? ¿Por qué se llevó a cabo al aire libre? ¿Por qué se contrató a un top chef de Bogotá? Yo pienso que una comida sobria en un salón de un hotel bastaba, lo demás es despilfarro. Otra cena en la casa de huéspedes ilustres estuvo amenizado por cantantes como Carlos Vives y Fonseca, y tuvo un espectáculo cuasi teatral. Vuelvo e insisto, hubiera sido más digno y decoroso hacer una cena en un hotel a puerta cerrada, con cantantes "normales". Quiero que quede claro que no critico la cumbre o sus conclusiones, de hecho, el presidente Santos me cae hasta bien. Pero, hay que recordarles a nuestros gobernantes que Colombia es un país con limitaciones económicas, no es una potencia mundial, y que hay cerca de veinte millones de pobres y ocho millones en estado de indigencia. Cartagena es una ciudad con deficiencias, con un grave problema social, y armar cenas de Estado que cuestan millones de pesos es poco menos que "indolente".  

El tercer caso de indolencia, o de cuasi indolencia, es el de comprar boletas de 800.000 pesos para ver a un cantante. La semana pasada en Bogotá se presentó el ex Beatle Paul McCartney, y mucha gente asistió al estadio El Campín para verlo en persona. Quiero decir que no fui al concierto porque no tenía plata, pero, tampoco hubiera pagado más de 50.000 pesos por ver al ex Beatle, por muy famoso que fuera. Vuelvo e insisto, Colombia es un país pobre con 20 millones de pobres, y con 8 millones en estado de indigencia. Gastar más de 50.000 pesos  para asisitir a un concierto de rock es poco menos que indolente, pero, gastar 800.000 pesos raya con lo grotesco y con lo cruel. 

Tres casos de indolencia, que muestran la actitud de algunos privilegiados, muchos de ellos piensan que son especiales, que Dios les dio plata a ellos porque son bonitos y huelen bien, pero, la verdad si se mira desde otro punto de vista es diferente. Dios les dio plata a muchos para que la sepan administrar, para que inviertan en cosas útiles, para que ayuden a los demás. Nuestro planeta vive una crisis sin precedentes, el  hombre por primera vez en milenios podría desaparecer de la faz de la Tierra completamente por su propia mano, mejor dicho, el palo no está para cucharas. Más de 930 millones de personas en el mundo no tienen para comer, yo pienso que no es hora para safaris, ni para costosas cenas de Estado con espectáculo teatral incluido, y tampoco como para pagar costosas boletas por dos horas de rock que se pueden degustar en la sala de la casa. La indolencia de los poderosos causa inconformidad en los oprimidos, en los que no pueden darse lujos grotescos, en los que viven para trabajar y para comer. Recordemos que Luis XVI y María Antonieta vivían como seres indolentes en Versailles, con lujos extremos, mientras su pueblo sufría de hambre. Fueron decapitados posteriormente, producto de la furiosa rabia de la muchedumbre. No es momento para despilfarros, es momento para compartir, para ayudar, para avanzar con justicia. Cuando los privilegiados entiendan que NO son privilegiados, y que en realidad son seres humanos como TODOS, empezará una nueva era de justicia y de prosperidad en este planeta.       

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola y felicidades porv este blog es muy interesante, y tambien interesante este blog que les sugiero que lean detenidamente, comenta verdades incomodas pero son argumentos muy profundos:

http://contandoverdadesdehoy.blogspot.com/

Pollo nalgón dijo...

Me gustaría saber cómo haces para acabar con la pobreza siendo tacaño, porque yo no se

FranciscoB dijo...

Pollo nalgón: ¿Tú eres tacaño? Lo siento, ¿no te pagan lo suficiente en EMcali?