El alcalde de Bogotá Gustavo Petro ha tomado partido con respecto a este espectáculo. El Distrito Capital no dará dineros públicos ni enviará representación a las corridas de toros. Para algunos la posición del alcalde es una simple decisión populista, aprovechando que supuestamente la gran mayoría de los ciudadanos son antitaurinos, para otros, la posición de Petro es acertada. En mi opinión, no me interesa que los motivos del alcalde sean mezquinos o no con respecto a las corridas de toros; lo cierto es que comparto la postura oficial del Distrito, ya que las corridas de toros son simples espectáculos circenses llenos de sangre y de humillación.
Las corridas de toros son herencia de un antiguo ritual griego de los misterios de Mitra, en los cuales se sacrificaban estos animales para simbolizar la superioridad de la razón sobre los instintos. Las corridas de toros son herederas de estos rituales de sangre. Los españoles nos dejaron estos espectáculos, que en gran medida también son derivaciones de las sangrientas orgías con leones que se desarrollaron en el coliseo romano. Hoy en día, estas corridas se desarrollan en medio de un ritual de arribismo y esnobismo. Muchas personas que van a estos espectáculos desconocen el ritual milenario del cual deviene la fiesta taurina, e incluso, no les gusta el show macabro, sino que simplemente asisten para que los vean en las tribunas ataviados de sombreros, y de una bolsa de cuero donde consumen licor.
La tauromaquia ha sido expuesta por algunos como una especie de arte, o como un deporte, o como una tradición cultural, sin embargo, si bien es cierto nuestra herencia hispánica ha practicado las corridas de toros por siglos no por eso el espectáculo taurino es válido o moral. A contrario sensu, las corridas de toros son burdas fiestas de sangre donde se somete a un toro a humillación y tortura so pretexto de no morir en un matadero a sangre fría. Los taurinos (aficionados a los toros) exponen con ímpetu de letrados que la tauromaquía es bella porque muestra la confrontación del hombre contra el animal, pero, se les olvida mencionar que no es la lucha limpia de un hombre contra un animal, sino de varios hombres armados contra un indefenso toro. Sería una lucha limpia si el torero saliera a darse puños con el toro, sin la ayuda de banderillas, espadas, o banderilleros.
Los taurinos opinan que hay una hipocrecía por parte de los antitaurinos con respecto a este espectáculo, ya que afirman que estos últimos en su gran mayoría son consumidores de carne. Mejor dicho, los taurinos opinan que si se prohiben las corridas también se debería prohibir el consumo de carne porque allí también se sacrifican animales. Esta posición es absurda, e ignorante. El consumo de carne es una necesidad para muchos seres humanos, ya que por motivos nutricionales ciertos componentes alimenticios sólo se pueden encontrar en la carne animal. Sin embargo, una cosa es matar un pollo con respeto y con el propósito de saciar el hambre, y otra cosa es torturar a un toro como espectáculo para saciar las necesidades de esnobismo, arribismo, y lagartería de un sector de la sociedad. En la religión judía por ejemplo se mata al animal con respeto, incluso, son los rabinos los únicos autorizados para sacrificar animales en un ritual sobrio y discreto que pide permiso a la víctima; y no una corrida con borrachos y filipichines tomándose fotos para salir en las páginas sociales de las revistas de farándula. Por eso, decir que el alcalde de Bogotá también debería prohibir el consumo de carne, ya que está en contra de las corridas de toros, es absurdo. El consumo de carne es nocivo, cuando se hace en exceso, y posiblemente hacia futuro toda la sociedad humana sea vegetariana, pero actualmente, por motivos morales, mentales, y nutricionales prohibir el consumo de carne es imposible y no se puede asimilar o igualar con el vergonzoso espectáculo de la corrida de toros. Estoy de acuerdo con el alcalde Petro, los recursos del Estado no se pueden utilizar para rituales de sangre, porque estoy seguro que todos aquellos que aman los rituales de sangre con animales, también tienen una secreta predilección por los rituales con sangre humana. Por eso, si este país quiere cambiar, deben prohibirse los rituales circenses con animales de todo tipo; es un imperativo moral y cultural, debe imponerse la cultura de la vida en Colombia, y dejar atrás la cultura de la largartería y del esnobismo que ve la muerte como una simple anéctoda para divertirse un domingo por la tarde.
6 comentarios:
Francisco, veo tres errores graves en tu comentario
1. No se necesita comer carne para vivir, salvo en muy contadas ocasiones. De hecho, si se complementa la comida con vitaminas D y B12. Igual no toda la carne que se consume es por la nutrición.
2. El problema no es la muerte de los animales en cautiverio, el problema es su cautiverio. En especial los pollos y cerdos viven peor que el más torturado de los toros.
3. No se necesita ser taurino para criticar a Petro. A mí no me gustan los toros, me parecen salvajes. Pero respeto el derecho a la diferencia y a la igualdad. Parafraseando a Jefferson, no comparto lo que dices, pero daría mi vida por defender el derecho a que lo digas.
Por último, olvidaba. Si realmente se decide acabar con la tauromaquia, entonces debería prohibirse la cría de pollos y cerdos tal como se hace en la actualidad. No se puede comer, por ejemplo, en kokoriko y despreciar la tauromaquia por el dolor causado a los animales. Los pollos, simplemente, sufren más.
Andrés, veo cuatro errores gravísimos en tu comentario:
1. Cuando yo tenía 12 años mi médico endocrinólogo me obligó a comer carne para solucionar cierto problemas nutricionales. Hacia futuro la humanidad será vegetariana, hoy no es posible.
2. El cautiverio de los animales es un problema, sin embargo no se hace como show esnobista sino por necesidad.
3. Lo de Petro no tiene nada que ver, es anecdótico. Coincido con su posición en este caso. Los toros son inmorales, no hay discusión.
4. La dieta carnívora o el cautiverio de animales no tiene absolutamente nada que ver con la salvaje fiesta de las corridas de toros, es como revolver manzanas con peras, son argumentos y discusiones diferentes.
Saludos cordiales.
Francisco, te equivocas
1. Que necesites comer carne, no significa que toda la población tenga que hacerlo. De hecho, conozco a muchos personas sanas que son vegetarianos. Como dije en el mensaje, solo en unos casos, como el tuyo, el consumo de carne es necesario. Ahora bien, jamás es necesario en los niveles y cantidades del consumo actual.
2. En resumidas cuentas, el consumo de carne en la mayoría de los casos es innecesario y solo se da por el sabor, por el gusto, por el placer, por la misma motivación que el taurino va al ruedo ¿Acaso crees que rodizios, piqueteros, asados, etc... se lucran de gente que solo va a satisfacer sus necesidades alimenticias?
3. Porque se consume más carne de la necesaria , se hace indispensable métodos de crianza que generan más sufrimiento que las corridas de toros. Por el placer de saborear carne en abundancia se tienen que torturar a los animales. Si se consumieran menos, podrían darse métodos más "humanos" tal como lo han probado autores como Harris, Pollan, o incluso Schlosser. Así que por placer se genera dolor innecesario, como en las corridas.
4. Se mata el toro por placer, igual que en las corridas. Es innecesario matar al toro, es innecesario comer carne. La única diferencia, Francisco, es que a ti te gusta comer carne y no te gustan los toros, pero el derecho no debe entrometerse en el gusto de las personas. Así estos se equivoquen.
Andrés, veo varios errores en tu apreciación:
1. Comer carne sí es una necesidad, por ahora. Como ya dije hacia futuro posiblemente la humanidad será vegetariana, así como a futuro no habrá ejécitos, ni pobreza, y muchas otras otras cosas. Pero el vegetarianismo, por ahora es una opción válida para ciertas personas, pero no para todas.
2. Una cosa es sacrificar animales por necesidad y otra es hacerlo como una fiesta de humillación y de lagartería.
3. Comer carne es una placer, como como vegetales también lo es. Sin embargo, sigue siendo una necesidad para muchas personas, y como ya dije el sacrificio de animales se puede hacer con respeto como se hace en la religión judía en un ritual donde no se humilla y tortura al toro como en las corridas.
4. Las corridas de toros no tienen justificación. Desde ningún punto de vista, no se puede tolerar la inmoralidad, no es discutible, la moral no tiene discusión, es absoluta.
1. La evidencia científica sugiere lo contrario que es posible vivir sin carne. La evidencia sociológica sugiere que incluso los sectores más pobres de la población vivirían mejor si no se consume carne. Al respecto te sugiero un estudio, el de Harris respecto al tabú de comer vaca en la India y cómo estas prácticas son benéficas para los sectores menos favorecidos de la población.
Ahora bien, supongamos que la carne sí es necesaria para todos. Según estudios, únicamente sería indispensable la ingesta de dos raciones de carne de 100 gramos a la Semana. Mucho menos de lo que la gente consume. El resto es innecesario. Si fueras coherente, permitirías solo el consumo mínimo.
2. Es igual sacrificar toros en una fiesta que a ti no te gusta, que sacrificar pollos, langostas (que son cocinadas vivas), pollos (criados en condiciones más crueles que las corridas). Las dos son innecesarias. Incluso si se necesita comer carne, son innecesarias cada vez que se superan la ingesta mínima, es decir dos raciones a la semana. Rodizios, asados de pollos, piquetero, dado que sobrepasan de largo las necesidades mínimas, según tú lógica, deberían prohibirse.
3. El problema no es la muerte del animal. No entiendo porque continúas contradiciendo una argumento que jamás he hecho. El problema es su cautiverio. El problema es que dado que se consume más carne de la necesaria, la única forma de mantenerlos es a través de medios que producen más sufrimiento que las corridas. Te recomendé tres estudios sobre el tema, los de Harris, Schlosser y Pollan. Estoy seguro que si los lees, te darías cuenta que los toros son una pilatuna comparado con el sufrimiento que produce la innecesaria carne que tú consumes (más de dos raciones semanales de 100 gramos). Es imposible producir tanta carne sin crueldad y, lo peor, sin graves daños al medio ambiente. Si quieres evitar real sufrimiento en contra de los animales, innecesario, las corridas son la distracción. El objetivo es el consumo, repito, innecesario de carne.
4. Jamás he dicho que la moral es relativa. Me sorprende que uses ese argumento. Digo que no todo lo inmoral debe prohibirse. Mentir es inmoral, pero no delito. Ahora bien, si matar animales innecesariamente por placer es inmoral, comer carne más allá de lo mínimo necesario también lo es. Así de sencillo. Si no te das cuenta es porque lo que censuras no son las corridas, ni el sufrimiento innecesario (tú también lo causas cada vez que consumes más de 200 gramos de carne a la semana), sino que no te gustan los toros. Tú reproche, así quieres negarlo, no es ético, es estético.
Publicar un comentario