EL DERECHO A DISENTIR NO ES LO MISMO QUE INSULTAR

Un troll que hizo una serie de insultos en mi blog jurídico nos pone a reflexionar sobre este tema. Menos mal que los humanos tenemos diferentes opiniones sobre diversos asuntos, sería muy aburrido que todos pensáramos igual. Sin embargo, hay una distancia muy grande entre el derecho a disentir y la calumnia y los insultos.
Los blogs son un espacio propicio para exponer posiciones personales, y para recibir críticas o para que la gente simplemente exprese sus propias ideas. Pero utilizar los blogs para insultar, calumniar, o herir moralmente a los autores de los blogs es inaudito.
Algunos dirán que les asiste el derecho a decir lo que se les venga en gana, y tienen razón parcialmente, porque en Colombia y en casi todos los países se garantiza el derecho a la libertad de expresión, pero ese derecho tiene unos límites, y son los derechos de los demás a gozar de una honra y de un prestigio que no puede ser violentado si no se tienen pruebas contundentes de que una persona cometió un delito o que incurre en acciones poco honorables.
El Código Penal determina los delitos de calumnia e injuria para quienes sin pruebas lanzan afirmaciones temerarias contra otros, y eso incluso la internet, más aún, la red tiene métodos para detectar a los comentaristas anónimos, y si sus insultos se pasan de la raya, y colindan con el Derecho Penal, podrían ser enjuiciados.
El hecho de ponerse al frente de un computador, y entrar a un blog o a una página a despotricar de otro libremente, puede generar consecuencias jurídicas, la internet como cualquier campo de creación humana no está exento de la aplicación de la Ley, por eso aquellos que les gusta dejar comentarios calumniosos o injuriosos amparados en el anonimato, sin saberlo, podrían estar incurriendo en una conducta penal que les podría traer problemas a futuro.
Se puede disentir, incluso anónimamente, pero siempre de manera respetuosa y sin pasarnos de la raya, que viva el disentimiento y las opiniones contrarias, arriba el debate, pero ojo con entrar en el campo de la calumnia o de la injuria.


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