¿LA EMBARRÓ "THE NEW YORKER" CON LA CARICATURA DE OBAMA?

La prestigiosa revista "The New Yorker", uno de los medios de comunicación en materia cultural y de opinión más influyentes de Estados Unidos, publicó en su edición de julio una caricatura que muestra al Senador Barack Obama vestido de musulmán, a su esposa la pintan con un pantalón de camuflado y un rifle a la espalda, un cuadro que podría ser aparentemente de Osama Bin Laden se muestra a un lado en la caricatura, la bandera de Estados Unidos ardiendo en la chimenea, y todo esto en la que sería la oficina oval (el despacho del presidente en la Casa Blanca).

La campaña de Obama calificó la caricatura como de mal gusto, y la revista dijo que simplemente trataron de ridiculizar con el dibujo las posiciones extremistas e intolerantes de algunos opositores del candidato afroamericano.

En Estados Unidos la libertad de prensa funciona al parecer muy bien, pero creemos que esa libertad debe tener unos límites, y estos son los derechos de las otras personas.

Si bien es cierto la revista dice que no publicó la caricatura con mala intención, también es verdad que el tema religioso y el origen racial de Obama generan mucha controversia en el país del Norte, por lo que agitar más esas cuestiones no sería muy conveniente para la discusión política en Estados Unidos, que debe centrarse en otros temas más algidos.

Cada quien, en mi concepto, es libre de dibujar lo que quiera, o de opinar de lo que quiera, pero también soy partidario de que esas opiniones sean respetuosas y no ofendan a otros. Y creo que así ocurrió, de la campaña de Obama salieron con un tono ofendido a responder la caricatura de "The New Yorker", y pienso que el efecto incluso podría ser beneficioso para el precandidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, sin embargo, queda en el ambiente un tufillo desagradable, al mostrar una faceta de la vida del senador de manera distorsionada.

Posiblemente "The New Yorker" logre con esto darle más publicidad a Obama, ponerlo nuevamente como víctima de los ataques contra su raza y contra sus antecedentes, y tal vez la situación termine por acelerar aún más las preferencias por este candidato, empero, sería bueno reflexionar hacia futuro sobre los límites de la libertad de expresión en estas circunstancias, porque no todos dan las mismas interpretaciones sobre un mismo símbolo, y alguien podría salir ofendido, o incluso, perjudicado.



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